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Biografía: Prefacio

Daisaku Ikeda: Introducción biográfica

Daisaku Ikeda (1928-2023) fue un constructor de la paz, un filósofo budista, un promotor de la educación, escritor y poeta. Fue presidente de la organización laica budista del Japón, Soka Gakkai, de 1960 a 1979, y presidente fundador de la Soka Gakkai Internacional (SGI), una de las asociaciones budistas de base comunitaria más diversa y más numerosa del mundo, dedicada a fomentar el empoderamiento humano y la contribución social en aras de la paz. También fundó de las instituciones educativas Soka y de entidades internacionales dedicadas a promover la paz, la cultura y la educación.

Daisaku Ikeda preside 
la Soka Gakkai Internacional, uno de los movimientos budistas más grandes y diversos.

Daisaku Ikeda

Ikeda nació en Tokio, Japón, el 2 de enero de 1928, en el seno de una familia dedicada a la producción de algas marinas comestibles. Fue el quinto de ocho hermanos. Su infancia y juventud temprana transcurrieron durante la Segunda Guerra Mundial. Vivió en carne propia las penurias y la destrucción de la conflagración bélica que arrebató la vida de su hermano mayor, cuando este combatía en Birmania (actual Myanmar). Debido a esa experiencia, Ikeda se convirtió en un férreo defensor de la paz y de la erradicación de las causas fundamentales del conflicto humano.

En 1947, cuando tenía 19 años, asistió a una reunión en la que conoció el budismo y al educador y pacifista Josei Toda (1900-1958), quien fungía como líder de la Soka Gakkai. Durante la guerra, Toda y su mentor Tsunesaburo Makiguchi (1871-1944) habían sido condenados a prisión por negarse a doblegar su fe, a pesar de la represión ejercida por las autoridades militares que habían impuesto a la población el sintoísmo estatal para justificar su política de agresión bélica. Makiguchi había fallecido en el presidio. El arrojo de Toda en contra del militarismo lo impresionaron de manera tal que luego escribió: «Las palabras de una persona que había estado en prisión debido a sus convicciones tenían para mí una importancia fundamental. Percibí de inmediato que yo podría confiar en ese hombre».1

Una vez en libertad, Josei Toda concentró sus energías en reconstruir la Soka Gakkai, la organización que él había creado con su maestro de vida, el pedagogo Tsunesaburo Makiguchi, pues esta se había desintegrado por la persecución que habían sufrido sus integrantes durante la guerra. Ikeda comulgó con las ideas de Toda basadas en la filosofía del budismo Nichiren que postula el potencial ilimitado del ser humano. De acuerdo con ese principio, las personas podían convertirse en actores revitalizadores de la sociedad japonesa devastada por la guerra. Cuando un individuo emprende su transformación interior, asume la conducción de su propia vida y de la búsqueda de su propia felicidad, y a la vez, puede influir positivamente en su entorno y su comunidad.

Ikeda señaló que la relación con su maestro había sido determinante en su vida y la fuente de inspiración de todas sus empresas y logros posteriores, a pesar de que solamente había compartido diez años junto a él.

En mayo de 1960, dos años después de la muerte de Josei Toda, el joven Ikeda de 32 años ocupó la titularidad de la Soka Gakkai. Fundó la SGI en 1975 y asumió la presidencia. En la actualidad, la SGI cuenta con más de doce millones de miembros en unos ciento noventa países y territorios. Según Ikeda: «Todo depende del ser humano. Por eso es tan importante fomentar lazos que unan a las personas de conciencia y de buena voluntad».2 Bajo su liderazgo la organización emprendió una nueva etapa de innovaciones y crecimiento global, impulsando con eficacia una serie de actividades para promover la paz, la cultura, los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la educación.

Ikeda creó un conjunto de instituciones educativas no confesionales, basado en la filosofía pedagógica Soka (creación de valor) postulada por sus predecesores, Makiguchi y Toda, y destinado a desarrollar el potencial creativo del educando e inculcar los valores de la paz, la contribución social y la ciudadanía global.

Además, estableció varios institutos independientes sin fines de lucro, dedicados a la investigación académica para la paz, que llevan a cabo proyectos colaborativos interculturales e interdisciplinarios. Entre ellos figuran el Centro Bostoniano de Investigación para el Siglo xxi (denominado Centro Ikeda por la Paz, el Saber y el Diálogo desde 2009), el Instituto Toda de Investigación sobre la Paz Global (denominado Instituto Toda por la Paz en 2017) y el Instituto de Filosofía Oriental, la Asociación de Conciertos Min-On y el Museo de Bellas Artes Fuji de Tokio, éstas dos últimas dedicadas a la promoción de la amistad y el entendimiento entre culturas por medio del arte.

Ikeda fue un ferviente promotor del diálogo y del intercambio cultural como medio para consolidar la paz y construir lazos de confianza y amistad entre individuos y pueblos, a pesar de las diferencias y los conflictos que puedan existir. Desde la década de 1970, sostuvo encuentros de diálogo con eruditos y personalidades de los más diversos ámbitos, tales como el cultural, educativo, científico, político y religioso, en el afán de encontrar puntos afines que puedan resolver los problemas que afronta la humanidad. Más de ochenta de estos diálogos han sido publicados en forma de libro.

El pensamiento de Daisaku Ikeda se basaba en los principios humanistas de la filosofía budista que proclama el valor supremo de la vida, esenciales para crear la paz duradera y la felicidad humana. Consideraba que la paz global se construye no solamente mediante cambios estructurales en la sociedad, sino también a través de la transformación interior de los individuos.

Ikeda expresa dicha convicción en el prefacio de su novela La revolución humana, en la cual describe la historia y los ideales propugnados por la Soka Gakkai: «La gran revolución humana de un solo individuo propiciará un cambio en el destino de una nación, y más aún, permitirá cambiar el destino de toda la humanidad».3

Ikeda fue un prolífico escritor y más de doscientos cincuenta de sus obras —que incluyen desde comentarios sobre el budismo hasta ensayos biográficos, poesía e historias infantiles— se tradujeron a distintos idiomas.

Contrajo matrimonio con Kaneko en 1952, con quien tuvo tres hijos: Hiromasa, Shirohisa (fallecido en 1984) y Takahiro.

Daisaku Ikeda falleció el 15 de noviembre del 2023, a los 95 años.