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abril 22, 2009

Discurso: Ser como leones invencibles

Presencia de miembros de veintitrés países de ultramar

Presencia de miembros de veintitrés países de ultramar

El presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, pronunció un discurso en la 28ª reunión de la sede central para responsables de la Soka Gakkai, celebrada el 22 de abril de 2009 en el Centro en Memoria del Presidente Makiguchi, situado en Hachioji, Tokio, ante la asistencia de representantes del Japón y otros veintitrés países y territorios. Durante la junta de líderes que conmemoró el 3 de Mayo –Día de la Soka Gakkai y Día de las Madres de la Soka Gakkai—, el presidente Ikeda fue distinguido por la Fundación para la Paz de Sídney (Sydney Peace Foundation), organización sin fines de lucro creada dentro de la Universidad de Sídney, Australia. [Véase artículo relacionado.]

Al tomar la palabra, Daisaku Ikeda expresó su gratitud a la Fundación de la Paz de Sídney, representada en la ocasión por una delegación encabezada por su director, el profesor emérito Stuart Rees. Luego, agradeció la presencia de los asistentes y encomió los esfuerzos que realizaban los miembros de la organización budista en todo el orbe y en los más variados ámbitos. Asimismo, manifestó palabras de ponderación hacia la ardua labor que realizaban la membresía femenina –poniendo de relieve la perseverante entereza de las madres—, y los encargados de la repartición domiciliar matutina del Seikyo Shimbun, el diario de la Soka Gakkai.

Luego, en alusión a la inscripción de la medalla de oro que había recibido aquel día de la fundación australiana –que rezaba "Paz con justicia"—, Daisaku Ikeda recordó el espíritu de Herbert Vere Evatt (1894-1965), jurista y escritor egresado de la Universidad de Sídney que colaboró con la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Señaló que Evatt había dicho: "Por cierto, queremos la paz, pero una paz con justicia social, una paz que otorgue a los pueblos de todas las naciones oportunidades positivas para vivir existencias plenas y felices". (1) En relación a esto afirmó: "Estas palabras tienen mucho en común con nuestro ideal de construir la paz a través de sostener principios correctos (…). La verdadera paz es inseparable de la justicia, y por eso debemos luchar resueltamente contra las fuerzas negativas que la obstruyen y hacen sufrir a las personas. (…) El bien debe prevalecer. Lo que ansío, más que ninguna otra cosa, es crear una época así".

Posteriormente, el presidente Ikeda citó palabras de Elizabeth Kennedy (1880-1952), destacada fisioterapeuta australiana que contribuyó a paliar la poliomelitis. Ella dijo: "Es mejor ser león un día que ser cordero toda tu vida". (2) En relación al coraje y al blasón del león en el escudo de armas de la Universidad de Sídney, el líder de la SGI observó: "En el budismo, el león simboliza la relación de maestro y discípulo. El corazón de la enseñanza de Nichiren es ser poderosos leones, discípulos armados del mismo espíritu valiente que su mentor. Este es uno de los objetivos esenciales como practicantes, y es la esencia de la revolución. 'León' es sinónimo de persona invencible e intrépida. 'León' es el orgulloso emblema de los brillantes vencedores". Mencionó que, en efecto, el padre del doctor Rees se llamaba Lionel y fue un hombre que promovió ingentemente la cultura y el arte a pesar de haber quedado impedido de tocar el piano a causa de un torpedo japonés durante la Segunda Guerra Mundial.

Daisaku Ikeda enfatizó, en reflexión a la crueldad de los conflictos armados: "El Japón causó un daño terrible a otras naciones durante la guerra y ocasionó un sufrimiento indescriptible a incontables seres humanos. La arrogancia que puso de manifiesto el Japón en esa contienda me pareció siempre una actitud detestable. De hecho, siempre luché contra los arrogantes, los astutos, los deshonestos, contra los que gozan con el infortunio ajeno, contra los que desprecian y pisotean a las personas honestas, comunes y trabajadoras. Me he negado a aceptar los abusos de los poderosos que denigran al pueblo. Esto me ha traído aparejada toda clase de persecuciones; he sido calumniado y atacado. Pero, pese a todo ello, seguí avanzando sin transigir… Ustedes, los miembros de la División de Jóvenes, son los que sostendrán en sus hombros el futuro de nuestro movimiento. Son todas personas valiosas, y sin duda algunas llegarán a brillar como individuos de excelente sabiduría e intelecto, y líderes de calibre mundial en todos los campos del quehacer humano. Deseo que los jóvenes de la Soka Gakkai hagan del Japón un país maravilloso. No permitan jamás que nuestro país repita sus errores del pasado".

[Basado en los artículos publicados los días 23, 27 y 28 de abril de 2009 en el Seikyo Shimbun, diario de la Soka Gakkai, Japón.]

Nota bibliográfica:

(1)Evatt, H. V.: Australia in World Affairs (Australia en los asuntos internacionales), Sídney, Angus and Robertson, 1946, págs. 25-26.
(2)Cohn, Victor: Sister Kenny: The Woman Who Challenged the Doctors (La hermana Kenny: La mujer que desafió a los médicos), Minnesota, University of Minnesota Press, 1975, pág. 33.

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