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febrero 11, 2009

Discurso: Confianza en el espíritu juvenil

Reunión de responsables, Sendagaya, Tokio

Reunión de responsables, Sendagaya, Tokio

Daisaku Ikeda, presidente de la SGI, pronunció un discurso el 11de febrero de 2009, durante la 26ª reunión de la sede central para responsables de la Soka Gakkai, celebrada en el Centro Internacional Soka de la Amistad, en Sendagaya, Tokio. La junta tuvo por motivo festejar el natalicio de Nichiren Daishonin (16 de febrero de 1222) y de Josei Toda (11 de febrero de 1900), educador, matemático y segundo presidente de la Soka Gakkai.

En homenaje a su maestro Toda, el líder de la SGI compartió con los miembros de la organización una serie de orientaciones del segundo presidente, a quien describió: "Era una persona de increíble calibre, de intelecto brillante, de inmensa audacia y coraje para confrontar y vencer toda clase de persecuciones y obstáculos temibles. Y era, asimismo, un líder de inmenso amor compasivo, que siempre alentaba a la gente con todo su corazón, especialmente a los pobres y a los que sufrían, resuelto a guiarlos hacia la felicidad. (…) No lo impresionaban ni la fama ni la celebridad. Siempre era objetivo y nunca perdía la visión equilibrada de las cosas".

Luego, aseveró: "El señor Toda, durante su confinamiento por no transigir con las demandas del gobierno militar japonés durante la Segunda Guerra Mundial, comprendió la gravedad de la arrogancia en las autoridades. Insistía en que los líderes debían trabajar al servicio del pueblo, y que estaban para proteger a las personas. Esta era su visión de liderazgo, que coincide perfectamente con la visión sostenida por el budismo. El desafío de la División de Jóvenes es hacer realidad este ideal. (…) Yo les pido a ustedes, miembros de la División de Jóvenes, que lleven a cabo este espíritu de justicia, corazón de la relación de maestro y discípulo". Asimismo, recordó: "El señor Toda sentía que solo podía confiar plenamente en nosotros, en la juventud; sabía que, en última instancia, los únicos dignos de confianza incondicional son los jóvenes. De joven, yo le dije: 'Maestro, por favor no se preocupe. Construiré una Soka Gakkai ideal'. Y me lancé con pasión altruista a luchar por ese gran objetivo".

Daisaku Ikeda rememoró las épocas iniciales de la organización y la relación que estableció con su maestro. Dijo: "Siempre, desde el comienzo hasta el final, fui su fiel y sincero discípulo, y su confianza en mí fue incomparable. Cuando su empresa cayó en graves problemas y no se veían posibilidades inmediatas de recuperación, lo protegí de infinitas maneras, algunas de las cuales nunca llegaron a su conocimiento. (…) Como discípulo suyo, hice realidad cada uno de sus sueños y aspiraciones en bien de la paz mundial. Por su parte, él se mostraba feliz y satisfecho con todo lo que yo lograba. (…) El movimiento humanístico de la SGI hoy está cosechando distinciones y reconocimiento en todo el mundo, gracias al esfuerzo incesante que desplegué desde mi juventud por saldar la deuda de gratitud con el señor Toda. 'El budismo se centra en la validación. Si no hay prueba [de la efectividad o validez de sus enseñanzas], es teoría abstracta; como tal es completamente inútil', dijo mi maestro una vez".

En alusión al espíritu de superación diaria, el presidente Ikeda citó nuevamente palabras de Josei Toda: "El budismo que yo practico enseña la verdad más elevada. Gracias a mi maestro, el señor Makiguchi, he podido emprender el camino de la fe, la práctica y el estudio de esta enseñanza. Por eso, jamás perderé la pasión de mi juventud". Luego, agregó: "Esta carta fue escrita el 24 de agosto de 1942, cuando el señor Toda tenía cuarenta y dos años. (…) Cuando nos dedicamos a los ideales compartidos por el maestro y discípulo, podemos ser siempre jóvenes espiritualmente. Espero que todos vivan con este espíritu juvenil".

Asimismo, el presidente Ikeda comentó que Josei Toda había dispuesto que las jóvenes integrantes del grupo de capacitación Kayo-kai leyeran la obra Tess, la de los D'Urberville, escrita por el novelista inglés Thomas Hardy (1840-1928), para orientarlas con respecto al significado de la verdadera felicidad. Y, que el seño Toda decía que la felicidad genuina no se lograba persiguiendo fines vanos y frívolos, sino viviendo fiel a uno mismo. En ese son, subrayó: "Las compañeras de la División Femenina y de la División Juvenil Femenina están trabajando arduamente por la felicidad de sus seres queridos y amigos. Empatizan con los demás, alienta a la gente y rezan por su bienestar. Esta es una actitud tan noble y hermosa, que supera toda comparación. Podemos embellecer nuestro aspecto exterior todo lo que queramos, pero el esplendor de la belleza verdadera emana del corazón puro".

Daisaku Ikeda expresó que su deseo era recordar las enseñanzas de su mentor en bien de la posteridad, puesto que hoy, los maestros y discípulos de la Soka Gakkai estaban cosechando elogios sinceros de toda la humanidad por ser fuente de esperanza de la paz, la cultura y la educación. Y, aseguró: "Nada es tan noble y hermoso como el lazo compartido por el maestro y su discípulo".

[Basado en los artículos publicados los días 12, 13 y 14 de marzo de 2009 en el Seikyo Shimbun, diario de la Soka Gakkai, Japón.]

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