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enero 02, 2009

Mensaje: Año Nuevo 2009

Los primeros días de enero, los miembros de la SGI celebraron el inicio de 2009 en los siete continentes. En el Japón, Daisaku Ikeda, presidente de la SGI, dirigió una reunión oficiada en la sede central de la Soka Gakkai, localizada en Shinanomachi, Tokio, durante la cual se ofrecieron oraciones por la salud, la prosperidad y el éxito de los integrantes de la organización en el orbe entero. Al tomar la palabra, el líder de la SGI, rememoró y encomió la lucha por la paz que realizaron Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda, los dos primeros presidentes de la Soka Gakkai, en contra del militarismo nipón de la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, pidió a los responsables máximos promover la amistad y trabajar por la felicidad de sus compañeros miembros.

En ocasión de la inauguración del nuevo año denominado "Año de los jóvenes y de la victoria", Daisaku Ikeda hizo público un mensaje dirigido a todos los integrantes de la familia de la SGI presentes en ciento noventa y dos naciones del globo.

En dicho mensaje, el presidente Ikeda recordó que la SGI se fundó en 1975, en medio de la Guerra Fría, con el ardiente deseo de acercar a los países del mundo mediante el diálogo. Afirmó: "La historia nos enseña una amarga lección: los equilibrios de poder de naturaleza coercitiva y los intentos de resolver los conflictos mediante la fuerza militar sólo crean mayores divisiones entre los países. Escoger el diálogo es la clave para construir la paz y lograr una victoria conquistada por nuestra propia condición humana. Desde que se fundó la SGI, esta verdad –clamor de los ciudadanos del mundo— no ha cesado de resonar vibrantemente en todo el orbe".

Luego, observó: "La humanidad hoy necesita coraje y esperanza para escoger un cambio de rumbo, no sólo a fin de lograr un desarrollo sostenible, sino también para hacer posible la paz duradera. La noble misión de la SGI es impartir al mundo entero ese enérgico valor y esa filosofía de esperanza. Nuestro movimiento no es algo abstracto o que transcurra fuera de la realidad cotidiana. Se manifiesta en nuestra relación con el entorno inmediato, con las personas que nos rodean, en el vecindario, la comunidad y la sociedad en que vivimos".

En ese afán, afirmó: "Me he reunido a discurrir con miles de líderes y pensadores de todas las nacionalidades, orígenes étnicos, religiones e ideologías. En cada uno de estos encuentros, cuantas mayores diferencias había entre mis interlocutores y yo, más me concentraba en tratar de comprender, lo más profundamente posible, las ideas y los sentimientos de las otras personas. Siempre procuré conducirme con actitud de amistad sincera y genuina. Pese a la infinidad de cosas que nos dividen, todos somos seres humanos. Todos enfrentamos las mismas cuestiones cruciales de la existencia: el nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte. No es exagerado decir que el diálogo entre civilizaciones es, en última instancia, un diálogo entre seres humanos, donde dos almas se conmueven y se comunican mutuamente".

Posteriormente, describió el efecto que la filosofía debería tener en la vida de cada individuo citando al filósofo romano Séneca: "Lo primero que se propone impartir la filosofía es un sentimiento de paridad entre las personas; en otras palabras, empatía y sociabilidad". (1) Para alentar a sus compañeros, Daisaku Ikeda agregó: "Estas cualidades son igualmente importantes para nosotros en el mundo moderno, donde las relaciones humanas cada vez se tornan más superficiales y transitorias. Dicho de otro modo, necesitamos construir una nueva comunidad que sea un oasis para el corazón del ser humano. Necesitamos crear y expandir una red de amistad que rebose de consideración y apoyo recíprocos. En lugar de replegarnos en nuestra propia coraza, salgamos activamente al encuentro de los demás para contribuir a la prosperidad y el mejoramiento de nuestras sociedades".

Asimismo, el presidente de la SGI destacó: "Nuestro mundo actual enfrenta numerosos desafíos acuciantes; entre ellos, la imperiosa cuestión ambiental y una crisis financiera de esas que marcan todo un siglo. (…) Hoy, la humanidad ansía aglutinar una fuerza unificada de ciudadanos anónimos que sean los constructores de una sociedad mejor. Ustedes, los miembros de la SGI, son una presencia invalorable en nuestro mundo. Con su esfuerzo paciente y perseverante, están generando una poderosa marea de diálogo y contribuyendo en cada lugar donde viven como pilares de confianza, ojos de conciencia y grandes navíos de esperanza. (…) Allí donde ustedes salen al encuentro de los demás con valor para invitarlos al diálogo, llevan consigo su profunda conciencia sobre la dignidad de la vida y transmiten a infinidad de personas, como un oleaje, su apasionada alegría de vivir".

[Basado en los artículos publicados el 1º y el 2 de enero de 2009 en el Seikyo Shimbun, diario de la Soka Gakkai, Japón.]

Nota bibliográfica:

(1) SÉNECA: "Ad Lucilium, Epistulae Morales" (A Lucilio, Epístolas morales), Seneca in Ten Volumes (Séneca en diez volúmenes), trad. al inglés por Richard M. Gummere, Cambridge, Harvard University Press, 1989, vol. 4, pág. 21.

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