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enero 28, 2013

Publicación: Propuesta de paz 2013

El 26 de enero de 2013, el presidente de la asociación budista Soka Gakkai Internacional (SGI), Daisaku Ikeda, publicó su 31ª propuesta de paz anual titulada "Amor compasivo, sabiduría y valentía: La construcción de una sociedad global de paz y coexistencia creativa".

En esta propuesta, centrada en el valor de la dignidad humana, Ikeda insta a actuar por la abolición de las armas nucleares, a enfrentar la pobreza desde el aspecto de los derechos humanos y a buscar vías para mejorar las relaciones entre China y Japón.

A fin de incentivar un mayor respeto por la dignidad humana, Ikeda propone se consideren tres pautas: compartir las alegrías y los sufrimientos del prójimo; tener fe en el potencial ilimitado de la vida, y defender y celebrar la diversidad. En especial, Ikeda enfatiza que el diálogo y la autorreflexión conducen a la empatía y a la construcción de una cultura de paz. Señala que, debido a que la identidad del ser humano consta de múltiples aspectos, "siempre es posible descubrir coincidencias y afinidades, cuando se establece un intercambio de persona a persona".

En cuanto a la aplicación de medidas concretas, Ikeda aplaude los esfuerzos realizados por Noruega y Suiza para advertir al mundo sobre las consecuencias humanitarias catastróficas de las armas nucleares, y exhorta al Japón a apoyar dicha iniciativa, por ser este el único país que ha sido víctima de tales artefactos de destrucción masiva. Luego, insta nuevamente a redactar y adoptar una Convención sobre Armas Nucleares que prohíba completamente dichas armas, y propone se lleve a cabo una sesión ampliada de la Cumbre del G8 en Hiroshima o en Nagasaki en 2015, año del 70º aniversario de los bombardeos atómicos sobre ambas ciudades, como una oportunidad para que los líderes del mundo renueven su compromiso con la erradicación de las armas nucleares.

Ikeda destaca la celebración del 65º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos en 2013 y pide abordar con urgencia la cuestión de la pobreza como un asunto de derechos humanos. Sugiere el establecimiento de un Piso de Protección Social en cada país para que las personas que viven en condiciones de extrema pobreza puedan recobrar su dignidad. Y propone la promoción de la educación y la formación en derechos humanos en el ámbito mundial.

Ikeda, quien ha impulsado la amistad entre China y Japón por más de cuarenta y cinco años, lamenta el deterioro actual de las relaciones bilaterales. Sin embargo, rehúsa caer en el pesimismo, con la convicción de que prevalece una profunda amistad entre los dos países, cultivada a través de incontables intercambios a lo largo de los años. Solicita a ambas partes confirmar dos compromisos asumidos a la firma del Tratado de Paz y Amistad de 1978: prescindir del uso de la fuerza o de la amenaza militar, y descartar la búsqueda de la hegemonía regional.

Ikeda sugiere la celebración de un foro de diálogo de alto nivel entre China y Japón, con miras al cese de las provocaciones. Enfatiza que, a pesar de que sean inevitables los debates encendidos, ambas partes deberían analizar con franqueza las raíces de su mutuo antagonismo e intentar comprender cada una de las preocupaciones y los propósitos de la otra parte. Subraya que se restablecerá la confianza solamente cuando se sumen esfuerzos para resolver problemas comunes. Por lo tanto, Ikeda propone que China y Japón establezcan una organización para la cooperación ambiental en el este de Asia, que permita "crear oportunidades para que los jóvenes de ambos pueblos trabajen unidos por un mismo objetivo".

[Fuente informativa: Oficina de Información Pública de la Soka Gakkai Internacional.]

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