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Bienestar mental

Cuando sientan que tienen el corazón oprimido, levanten la vista, miren al cielo y llamen a las nubes: ellas abrirán la ventana de su corazón. Aunque el mundo exterior rebose de luz deslumbrante, si el corazón no encuentra una ventana, puede sentirse encerrado en una celda oscura y solitaria. Entonces, ¡abran las ventanas de su alma! Asómense y salten entre las nubes... Dejen que su corazón vuele libremente, adonde quiera que vaya.
[Serie de ensayos fotográficos «La poesía de la luz», Seikyo Shimbun, 9 JUL 2000]

La vida posee, intrínsecamente, la maravillosa capacidad de convertir lo negativo en algo positivo. En el nivel más esencial, la vida surge de la propia determinación interior, de nuestra disposición mental. […] Lo mismo cabe decir del estrés. El punto es si aprovechamos el estrés como un viento entre las alas, que nos permita remontar las alturas, o si nos dejamos vapulear por él. Cada persona tiene la capacidad de decidir qué hacer, a través de su disposición o determinación profunda.
[Diálogos sobre la salud]

Para las personas que sufren, el solo hecho de sentirse escuchadas es toda una diferencia. La presencia de alguien que nos escuche cálidamente brinda, en sí misma, el aliento necesario para seguir viviendo.
[La sabiduría del «Sutra del loto»]

Todos podemos tener días de estancamiento temporal, de desaliento o de cansancio, en que nos sentimos incapaces de seguir. Cuando eso les ocurra, respiren hondo y, cuando estén listos, inicien una nueva partida.
[Serie de orientaciones «Diálogo para el futuro», Mirai Journal (Boletín Futuro), 1 MAY 2012]

Ustedes son personas increíbles. Nunca, en ninguna circunstancia, se permitan pensar: «No sirvo para nada». No sean implacables consigo mismos; en lugar de eso, dense ánimos. Cuando sientan que les pesa el corazón, levanten con benevolencia su espíritu alicaído, porque son, de verdad, personas admirables, y alguien tan extraordinario como ustedes jamás debe rebajarse a sí mismo desconsideradamente.
[Ikeda Daisaku Zenshu (Obras completas de Daisaku Ikeda), vol. 65]

Ustedes tienen su propia personalidad; no tienen por qué compararse con los demás. Sigan avanzando, así sea un paso o dos, siempre fieles a ustedes mismos. Quienes viven su existencia plenamente hasta el final, sin dejarse perturbar por el clamor y la estridencia que los rodean, son verdaderos triunfadores. Nunca se den por vencidos. Si perseveran sin rendirse, alguien sin falta les dará apoyo y protección.
[Conversaciones sobre la juventud]

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