Revolución humana
Cuando uno cambia, el mundo también lo hace. La clave de todo cambio yace en la transformación de nuestra disposición interior; es decir, de nuestro corazón y de nuestra mente. De esto se trata la revolución humana. Todos tenemos la capacidad de cambiar. Cuando tomamos conciencia de esta verdad, podemos extraer ese potencial interior en cualquier lugar, momento o situación.
[El logro de la Budeidad en esta existencia]
Hay revoluciones de toda índole: políticas, económicas, científicas y artísticas. Cada una tiene su importancia y, a veces, incluso su necesidad. Pero por mucho que uno cambie las cosas, el mundo no mejorará mientras los seres humanos —que somos la fuerza generadora e impulsora de todas las actividades— sigamos siendo egoístas e indiferentes al otro. En ese sentido, la revolución humana es la transformación más profunda y esencial de todas, y también la más necesaria para la humanidad.
[Conversaciones sobre la juventud]
La gran revolución humana de un solo individuo puede generar un cambio en el destino de un país y, más aún, propiciar un cambio en el rumbo de toda la humanidad.
[El prefacio, volumen 1 de La revolución humana]
La revolución humana significa orientar nuestra vida en dirección positiva; alejarnos del sufrimiento y dirigirnos a la felicidad. Es transformar la tendencia a dejarnos arrastrar por la fuerza del hábito o a sentirnos atados a un destino inexorable. El increíble poder de hacer este cambio existe dentro de nosotros.
[Ikeda Daisaku Zenshu (Obras completas de Daisaku Ikeda), volumen 143]
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